El cráneo del bebé no está consolidado al nacimiento. Las suturas craneales son estructuras entre los huesos del cráneo que permiten su crecimiento en la proporción que crece el cerebro. Además, la composición de los huesos en sí mismos, es más bien cartilaginosa, es decir, más moldeable, menos dura. ¿Por qué? Porque la naturaleza es sabia. Las suturas craneales permiten moldear el cráneo del bebé y que sea más fácil su salida a través del canal del parto. Durante la bajada del bebé, las suturas se unen en su punto máximo para “comprimir” el cráneo del bebé y facilitar la salida. En el momento del nacimiento, se expanden liberando así toda la estructura craneal. Se genera, por lo tanto, una compresión-extensión fisiológica y natural del movimiento craneal del bebé.
Hablemos de los partos instrumentados. Los fórceps y las ventosas son instrumentos que se aplican sobre el cráneo del bebé para facilitar su salida hacia el exterior en momentos de urgencia. Estos utensilios pueden crear lesiones sobre los huesos y generar bloqueos en la estructura del cráneo. Estos bloqueos crearán una mala circulación sanguínea y nerviosa y afectará, por lo tanto, a la fisiología interna y a la mecánica general del cuerpo, generando problemas de succión- deglución, digestivos, problemas de movilidad e irritabilidad.
¿Y el tipo de parto? Pues bien, una fase expulsivo excesivamente rápida, no permite que esta compresión-extensión fisiológica se realice de manera armónica y progresiva y el cuerpo del bebé lo vive más bien como un espasmo. Por otro lado, una fase expulsivo excesivamente lenta, genera sobre la cabeza del bebé una compresión fuerte y mantenida y, por lo tanto, un cabalgamiento de las suturas craneales. Este bloqueo de suturas puede generan una compresión de los nervios craneales (por ejemplo, el nervio vago, encargado, entre otras cosas de regular el sistema digestivo) y alterar la fisiología general del cuerpo.
Es muy importante valorar al bebé al nacer para comprobar que las suturas craneales no hayan sufrido y que el movimiento general de la pelvis, la columna y el cráneo son favorables para la movilidad del bebé y consecuentemente su correcta fisiología.
Si existen tales lesiones, el bebé podría presentar problemas para la lactancia. Podría no tener fuerza para agarrar bien el pecho, una boca más bien pequeña, cansarse durante las tomas y no ser eficientes, con la consecuente preocupación de no coger el peso adecuado.
Pero, además, más adelante aparecerían los indeseables cólicos, las regurgitaciones, la irritabilidad, el torticolis, etc…
La fisioterapia y la osteopatía infantil ayudan a liberar todas las estructuras y permitimos que el bebé recupere su funcionalidad completa.
Las maniobras son 100% suaves, indoloras y siempre estoy atenta al estado y al llanto del bebé para garantizar su tranquilidad y la de sus padres.